No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
(Foto de katerina Plotnikova)
¿Cuántas veces nuestro orgullo no nos ha dejado ver otra
realidad?... No hablo del orgullo que
podemos sentir por el trabajo bien hecho, o cuando hemos realizado algo que nos
ha supuesto un esfuerzo, un servicio, un cometido etc…, y que nos supone hacer
una reflexión sobre todo lo que nos ha
aportado.
Hablo del orgullo de sentirse superior a otro. Además es algo que nos cuesta de aceptar
siempre, ya que es la voz interna del ego que siempre quiere llevar la razón y no
permite que reconozcamos nuestros errores. Es uno de los obstáculos para nuestro
crecimiento que nos impide expresar el
amor en su totalidad.
Elévate por encima de tu orgullo y podrás vislumbrar el
paisaje de tu vida desde la percepción unificada del amor
©Luhema
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