No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Hace unos días y hablando con unas amigas estuvimos comentando que es una pena que las personas no tengan paciencia para escuchar. Y sí, es así. Parece que no tenemos espera ni para escuchar las necesidades de nuestro propio cuerpo, las señales que constantemente nuestra naturaleza interna nos muestra, así que tampoco tenemos tiempo y en muchas ocasiones ni ganas para escuchar a otros.
Parece que lo sabemos todo de todo, que tenemos mucha experiencia de vida, que las opiniones, las vivencias o lo que nos tienen que contar los demás nos está demás y además, como dije, no tenemos ni ganas de escuchar lo que otros tengan que decirnos.
Pues bien, no sabemos lo que nos perdemos…, al no escuchar perdemos “el ahora”, perdemos el contacto visual con la otra u otras personas, olvidamos el lenguaje comunicativo de los gestos, cerramos nuestra percepción y nos perdemos el lenguaje de la reciprocidad, el lenguaje de las sensaciones, de la comunicación de los sentidos, de las vibraciones. Todas y digo bien, todas las personas, nos pueden enriquecer con sus experiencias, con sus palabras, desde su sonrisa, desde sus lágrimas, son como libros abiertos de información sobre muchos aspectos de la vida que pueden estar unidos en cierto modo a nuestra vida, a nuestra búsqueda, a nuestra lección de vida.
El que no escucha a nadie, ni si quiera a sí mismo, se encontrará solo, tan solo que se perderá porque no podrá escuchar el ritmo de su propio corazón, se descontrolará, entrará en un espacio vertiginoso en el que no tiene cabida la expansión de la conciencia. Por lo tanto, permítete escucharte a ti mismo y permítete escuchar a los demás aunque sea una tontería lo que digan, quizá entre esa detención temporal entre las palabras, encuentres un tesoro valioso para ti.
Aprende a escuchar, te encontrarás con un mundo nuevo.
Artículo escrito en marzo de 2013 para wordpress
©LUHEMA
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