No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
- Lo que llamamos ser, espiritual, no es para nada un juego de
simulaciones, de moda o tendencia que marcan los tiempos. Espiritualidad es la
certeza que te otorgas para que se disuelva lo denso.
El camino espiritual es para
valientes guerreros de la luz que quieran despojarse del velo en la
mirada, en el corazón, es una senda de disolución de la personalidad y del
suicidio del me gusta, me disgusta, lo amo, lo odio, de lo bueno o de lo malo.
El camino espiritual es un recorrido por el silencio, por
nuestra naturaleza profunda, es instintivo, celular, abre dimensiones. Adentrarte
en esta senda conlleva a una serie de
pruebas y exposiciones para que diluyas la dualidad y la forma de pensamiento y
sentimiento disociado para que todo lo
que habita dentro y fuera de ti se integre en un todo unificado en el que ya ni
exista el camino espiritual.
"Y como todo guerrero de la luz ya pasó por todo eso" que nos
dice Paulo Cohelo y no perdió la esperanza.
Hemos de hacer una reflexión bien profunda, y la reflexión que viene a mi mente es esta; hay un verdadero poder que llamamos poder espiritual y es esa clase de poder que emana de los guerreros y que no se basa
en los resentimientos, amarguras, odios .
El poder que debemos utilizar todos los que de algún modo
estamos despertando, deriva
fundamentalmente a ser claros, no sentirnos víctimas, ser sinceros con nosotros
mismos, conocer quiénes somos y sentir plena confianza en nosotros a la hora de
expresar nuestra verdad.
©Luhema.
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