No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Durante todo el trayecto estuve
ansiosa, no podía centrar mi atención en las cosas maravillosas que allí había,
y aunque no conocía el lugar, ni podía distinguir el intrincado espacio por la cantidad de personas
aglomeradas, algo me dijo que me dirigiera hacia unas escaleras que tenía frente a mí. Subí impulsada por una atracción especial y como si
escalones no hubieran ascendí por ella encaminándome hacia un lugar único en el mundo, el lugar del
encuentro.
Por fin estaba en el punto correcto, llegó el esperado momento. Entré
en ese espacio singular y tuve una
sensación como nunca antes experimenté. Seguía habiendo mucha gente y el guarda
llamaba al silencio porque no era para menos y, de repente las personas que
allí habían se diluyeron como azucarillos para mí, se hizo la nada y en un
segundo la sala que permanecía en penumbra se iluminó, se llenó de una luz
eternamente dorada, majestuosa, y la temperatura que era un tanto gélida comenzó
a suavizarse…, allí estaba y la vi por primera vez, o quién sabe si ya
nos conocíamos de otros tiempos. Cuando la vislumbré desde la distancia mostraba su perfil y nada
más con esa perspectiva ya se aceleraron
los latidos de mi corazón, así que me pregunte; -¿Si ahora estoy así, qué ocurrirá
cuando me muestre ante ella?, ¿se me
parará el corazón de la emoción?
Se encontraba en el centro de la
estancia, no cabía duda alguna, era ella,
y me dirigí ante su presencia atraída,
imantada, sintiendo una fuerza poderosa que no dejaba de seducirme. Cuando la
miré frente a frente no se me paró el corazón, no, lo que ocurrió fue que me hipnotizó
de tal forma que, no sé el tiempo que
estuve contemplándola sin mediar palabra alguna. Ella estaba allí perpetua, eternamente joven,
mirando al futuro, ataviada con los colores de la realeza; oro, obsidiana,
turquesa, vidrio, lapislázuli, cuarzo y cornalina. ¡Qué belleza! Sé que el
tiempo se paró, se volvió inmortal y ya por siempre quedó grabada a fuego en mi memoria, en mi corazón y en mi
retina con todo lujo de detalle sus
rasgos, sus ojos, su nariz, su boca, todo su semblante. Y después de un tiempo
sin tiempo y desde mis adentros, mi
silencio más profundo, le dije:- Háblame
joven Rey faraón. Háblame, cuéntame tus
secretos del pasado, del presente y del eterno ahora, Rey Tutankamón . Imagen viva de Atón… Y a través de ella, la máscara, me habló....
EL TESOSRO DE LOS TESOROS.
Ahora cada vez que voy a el Cairo
es de obligada visita para mí ir a ver el
tesoro de los tesoros que hoy conservamos en el museo Egipcio de Cairo. Y aunque hay objetos muy valiosos como los
sarcófagos de oro, las joyas, el trono de oro, la vajilla de alabastro, el
mobiliario…, y todo lo que el arqueólogo
Howard Carter encontró en el interior de la tumba de Tutankamón (KV62), situada
en el Valle de los Reyes, hago particular mención a la joya de la corona, “La máscara funeraria del joven rey faraón Tutankamón”
perteneciente a la dinastía XVIII.
Para mí no es una máscara de
muerte, tiene heka(magia) tiene vida, está viva. Pupilas de obsidiana, maquillaje de Kohl,
cejas perfiladas y tocado de nemes de vidrio azul lapislázuli, el buitre y la cobra en su frente simbolizando
el alto y bajo Egipto… Ella está protegida por todos los dioses y por barreras
mágicas, su juventud y su fuerza no terminan de aumentar nunca. Es todo de tal belleza que no hay palabras para expresar
esa exquisitez.
En su parte posterior está
cincelado el capítulo 151 del libro de
los muertos, uno de los textos más importantes para entender la vida de
ultratumba y según este texto, los difuntos transitaban al otro mundo donde
eran juzgadas sus acciones poniéndolas en una balanza.
Y ahora me silencio y reflexiono y me pregunto; ¿qué palabras, que
verbo dijeron ante ti para que irradiaras vida eterna?
La máscara funeraria es el tesoro
de los tesoros y soy inmensamente feliz y afortunada por haberla contemplado en
esta existencia y haberme abierto con todo mi respeto a la magia y sensibilidad
que hay en ese objeto ritual, sagrado, y lleno de esencia de un momento
singular que ha quedado eternamente vivo en el tiempo siglo tras siglo…
Durante cientos de años, durante todo el tiempo, tú eres la
imagen que da paso, que mira al renacer.
©Luhema
http://luhema.blogspot.com.es/
Artículo publicado para la revista literaria "Letras y algo más" del mes de octubre de 2014.
Verdaderamente eres afortunada de conocer y sobretodo por entrar en sintonía con este tesoro, como bien le llamas. Felicitaciones!
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