No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Y se permitió volver a
sentir
Y se le abrió el
corazón al percibir los primeros acordes. El tiempo se quedó suspendido
mientras escuchaba asombrado ese inesperado timbre de voz desgarrado cual roquero romántico cantando una balada de
amor, y ahí justamente se quebró…, tragó saliva y sus ojos se vidriaron reflejando
todo su sentimiento, deslizándose una lágrima que contenía toda su emoción
reprimida durante años y entonces, volvió a ser él.
Dicen que lo que no consiguen horas de charla, tiempo de
soledad o buenos consejos, lo provoca la música, quizá sea por eso que dicen
que; “la música amansa a las fieras”.
Veréis, conocí a una persona que se mostraba dura y fría
como el mármol, no exteriorizaba sus sentimientos por nada del mundo y yo sé
que sufría mucho a causa de ello, ni en su intimidad se dejaba sobornar por sus
propios sentimientos, siempre intentaba esquivarlos, era como si se hubiese
untado todo de aceite para que cualquier emoción le resbalara.
-¿Qué le puede pasar a una persona para que cierre su corazón?- Pues yo pienso
que un trauma emocional muy grande en el que se sintió excesivamente
vulnerable.
Esta persona que llamaré
Carlos, en un momento determinado de su vida decidió que nunca más
lloraría, que nunca más se sentiría de aquel modo, así que las lágrimas se le petrificaron y con ello el
propio corazón y, todo esto porque era la persona más sensible que he conocido
jamás.
Pero un día no pudo más, y estando en un bar de esos que
tocan música en directo y tomando una copa con él, sucedió algo inesperado y muy
deseado por mí. Una simple canción que
seguro escuchó en más de una ocasión obró el cambió y Carlos se rindió…
¿Qué le sucedió?... ¿Qué resortes tocaron esos acordes, esa voz, para que Carlos se dejara llevar?
¿Qué le sucedió?... ¿Qué resortes tocaron esos acordes, esa voz, para que Carlos se dejara llevar?
Muchas veces tenemos que dejar que el tiempo sane las
heridas de la gente que queremos de la forma que sea; se tarde lo que se tarde,
porque quizá el proceso dure toda una vida
o tal vez no, o puede que la forma que tenga de sanar no nos guste porque vemos que le hace más daño. Pero posiblemente esa sea su propia
lección de vida, lo único que nos toca hacer a nosotros es seguir amándole, y
de ese modo seguro que llegará el momento en el que se abra de nuevo su corazón. El modo en el que llegue es indiferente, porque quién sabe si será escuchando una melodía, observando una flor, contemplando un paisaje o viendo una obra de teatro, leyendo un libro o
quizá tras una sonrisa de un desconocido...
"Una gota de rocío se desprende de una espina al amanecer
porque ya calmó su sed nocturna…"
©Luhema
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