No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
Yo también caí en el error de intentar controlar todo lo que me pasaba, trataba de cambiar las cosas externas a mi conveniencia, trataba de agarrarme al pasado, a los recuerdos, a lo aprendido…Trataba de imaginar el futuro y, eso me creaba ansiedad y frustración, y cansada de repetir viejos patrones, entendí que el aprendizaje consiste en “estar en tiempo presente y en ser quien somos hoy”, no el que seremos mañana o el que fuimos ayer.
Hay que ir aprendiendo a dejar de sentir miedo por la vida, por lo que nos pueda suceder, porque ya ves cual es el sentido incierto de estas palabras; “lo que nos pueda suceder”.
Liberarse de lo que crees que sabes, de cómo crees que pasarán las cosas y abrirte a lo que te está sucediendo en tiempo presente y entregarte a la experiencia.
Aprender a confiar es el propósito de la vida, así que deja sitio para que sucedan las cosas permitiendo que los viejos patrones de pensamientos y conductas se diluyan. Lo que realmente necesitamos es ver dónde estamos, qué momento emocional estamos vivenciando; lo que somos ahora mismo.
Aprender a confiar es el propósito de la vida.
Confía en la vida. Recuerda que tienes Baraka (Bendición) porque eso te hará sentir paz interior, y comienza a proyectar "para tu ahora" pensamientos e imágenes positivas de entusiasmo, emoción coherente, pasión…, y todo aquello que te aporte bienestar y alegría.
©Luhema
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