No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
“Sé, simplemente, espacioso.
Gracias al espacio, todo es posible.
Si no lo eres, aspira a serlo,
y despliega un cielo en ti.”
Dudjom Rinpotché
Cuando nos sentimos agobiados, pedimos espacio ¿verdad? ¿Te suena?, pero muchas veces ese espacio no es bien entendido por los demás (pareja, amigos, familia) e incluso ni por nosotros mismos, solo sabemos que nos ahogamos, que ciertas circunstancias no las deseamos, que no sabemos de qué forma evitar eso que sentimos que nos aprisiona y, no paramos de darle vueltas a la cabeza.
Al pedir espacio, pedimos respeto, pedimos tiempo, pedimos distancia, pedimos distancia para recuperar nuestra vida, necesitamos limpiar nuestra mente de cosas viejas o que se han vuelto rancias, pero en realidad lo que deseamos es un espacio de tranquilidad y esperanza. Muchas veces esto de pedir espacio suele irritar e incluso ofender, nos desencaja cuando lo escuchamos porque nuestras emociones no son las mismas, y es que inconscientemente sabemos que cuando nos piden “espacio” algo no va bien, y el temor a perder nuestra relación personal, o afectiva en la forma en que estaba corre peligro.
Pedir espacio no siempre es sinónimo de romper relaciones, no se trata de olvidarse que esa persona está ahí con sus reflexiones, entendamos que ese tiempo cuando te lo piden directamente es recíproco, mira hacia tu interior, date tú espacio también para observarte, para cambiar cosas, y quizá para renovar de forma más auténtica tu relación con esa persona.
Es necesario que todo tenga su espacio para que pueda desarrollarse, para que la vida germine. Hemos perdido de vista este concepto y muchas veces somos nosotros mismos con nuestras actitudes de control, de preocupación por el otro, e incluso de querer lo mejor para él o ella, que invadimos terrenos que no nos pertenecen y con ello el espacio vital para que una persona pueda vivir en armonía, la preocupación en exceso por alguien le resta espacio para que pueda salir de su propio conflicto, ya sea emocional o de salud física. Entendamos que el espacio es vital para ello.
A nadie le gusta sentirse observado, manipulado, controlado… La libertad es fundamental para sentirse vivo en el mundo.
©Luhema
Comentarios
Publicar un comentario