No amo a mis amigos ni con el corazón ni con la mente. Por si el corazón dejara de latir, o mi mente me fallara y te pudiera olvidar. Los amo con el alma. El alma no deja de ser, tampoco olvida. Rumi. ¿No os parece precioso?...
¿TE HAS PREGUNTADO ALGUNA VEZ LO QUE NECESITAN LOS DEMÁS?
Esta sería una buena reflexión que deberíamos hacernos todos, sobre todo, cuando vivimos inmersos dentro del síndrome del yoismo, pero vaya paradoja ¿verdad?…, cuando estamos ahí no podemos darnos cuenta de qué necesitan los demás. Pero volvamos al tema en cuestión. No es nada raro encontrarnos cada vez con más personas que únicamente hablan de ellos, de sus idas y venidas, de que si hacen o deshacen, del ritmo de sus vidas frenéticas, de que se lo pasan en grande, de sus vidas tan completas, y si padecen de alguna dolencia su dolor es mucho mayor que el de otros; vamos, que lo de los demás es cuento u obsesión comparándolo con lo mucho que sufren ellos. La conversación con este tipo de personas se vuelve trillada, monótona, ausente de esencia, de contenido, superficial y a mí me provoca espanto, tanto que deseo en esos momentos salir corriendo a la desesperada y el problema es que últimamente sé disimilar muy poco, de ahí que cuando me encuentro con este tipo de personas o parezco como ausente o antipática. En mi tierra decimos que este tipo de personas, son el ombligo del mundo “Ser el melic del mon” porque creen ser el centro del universo. Está bien valorarse, quererse, potenciar tus talentos, pero cuando todo lo que tenemos a nuestro alrededor incluyendo personas las menospreciamos porque creemos que tenemos más cultura, más experiencia, más vida vivida, más estatus, más tradición, más… más… Es cuando reside el verdadero problema, y si vemos a estas personas actuar así es porque esconden tras ese comportamiento baja autoestima, o arrastran un trauma de inferioridad o infelicidad quizá olvidaron la referencia del amor, la empatía, la humildad y los buenos valores.
Podemos identificarlos cuando:
· Utilizan demasiado "YO", en las frases.
· Siempre ponen su ejemplo ante todo.
· Quieren ser siempre el centro de interés, y lo hacen llamando la atención, queriendo ser los más abiertos y simpáticos, por ejemplo…
· Lo suyo siempre es mejor que lo de los demás.
· Ellos entienden de todo.
· Normalmente se dirigen de forma despectiva cuando hablan de otras personas.
Ahora tras esta reflexión, ¿puedes preguntarte qué necesitan los demás?... Quizá, si verdaderamente comenzáramos a funcionar con este axioma “ qué necesitan los demás”, encontraríamos también las respuestas a nuestra vida , comenzaríamos a deshacernos de las máscaras que impiden tantas cosas... Comenzaríamos a reutilizar la empatía, la escucha, la observación, la humildad. Obtendríamos tantos beneficios que ni imaginamos.
Quizá esa persona solo esté esperando de ti esto;
… Y tú. ¿Cómo te sientes?
Estoy a tu lado.
Te comprendo.
Dime cómo puedo ayudarte.
¿Estas mejor?
La otra vez me acordé de ti.
©Luhema
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